Eso nunca me pasará a mí… Este es uno de los pensamientos más recurrentes al momento de hablar de enfermedades como el cáncer, pero la realidad es otra. Las grandes industrias alimenticias, cosméticas, entre muchas otras, con el afán de producir más a menor costo, y creando características fuera de lo natural, han puesto a un lado la salud y bienestar tanto de sus consumidores como del planeta, dejándonos expuestos a distintos químicos o sustancias altamente tóxicas en productos que usamos o ingerimos todos los días.
La existencia de estos compuestos, considerados tóxicos disruptores endócrinos, han puesto sobre la mesa un montón de nuevas enfermedades, las cuales hemos normalizado a lo largo de los años… pero desgraciadamente la realidad es que cada vez son más constantes y más severas.
Un claro ejemplo está dentro de la industria de desodorantes, donde a través de décadas se han encontrado componentes altamente dañinos y que pueden propiciar la aparición de cáncer, principalmente cáncer de mama. Algunos de estos componentes son:
- Sales de aluminio: Antitranspirante que altera el ADN, causa efectos epigenéticos y bloquea los conductos excretores de las glándulas sudoríparas, lo cual puede propiciar el desarrollar cáncer. El aluminio puede ser encontrado incluso en desodorantes que se venden como naturales, pero cuentan con moléculas más pequeñas de este elemento, como en el alumbre de potasio.
- Ftalatos: Compuestos químicos con petróleo, los cuales se utilizan para que las fragancias añadidas queden impregnadas en los productos. Estos pueden ocasionar trastornos hormonales, cáncer, partos prematuros, por mencionar algunos.
- Parabenos: Sustancia sintética utilizada como conservante, que predomina en el mundo cosmético, el cual propicia el desarrollo cáncer de mama y contribuye al crecimiento de tumores existentes.
- Fragancias: En la industria existen un sinfín de fragancias, desarrolladas con más de 400 sustancias químicas, las cuales contribuyen a la disrupción endocrina y al cáncer.
- Triclosán: Agente microbiano el cual ha mostrado causar alteraciones hormonales y podría estar vinculado al cáncer de mama.
En este momento la responsabilidad de cuidarnos ya no está en manos de las grandes industrias. Afortunadamente, gracias al aumento de conciencia sobre los ingredientes dentro de los productos y el increíble movimiento social de regresar a un consumo más limpio y natural, ha permitido la creación de un sinfín de marcas naturales y transparentes, dándonos muchísimas opciones para elegir productos que además de cumplir su función, brindan beneficios a nuestra salud y a la conservación del medio ambiente.
Prestar atención a lo que consumimos es parte de nuestro amor propio. La naturaleza es perfecta, por eso debemos aprovechar y amar los elementos benignos que nos brinda, mientras le agradecemos estos recursos con un debido cuidado.